viernes, 27 de febrero de 2015

CUENTO

SUEÑOS LOCOS (2DA PARTE).

Pasaron dos semanas en las que los sueños perturbadores se repetían, y es que de eso se trata el infierno de repetir eso le dijo una voz susurrante parecida a la suya que se repetía tantas veces que le pareció infinita. Algunas veces después de caer de esa gran altura donde se veía así mismo como era destruido por esa extraña cosa, se despertaba en el centro de un bosque lleno de arboles muertos con agujeros que hacían de ojos y bocas vacías, algunos simulaban sonrisas y otros gritos histéricos, aunque Luis solo percibía oscuridad, estos ojos escondían algo, algo que observaba a Luis desde lo más profundo de esa oscuridad. 

Caminaba sin rumbo fijo, repetir le decía la voz al oído, siempre acompañándolo con un toco de serenidad que no le agradaba en lo absoluto. Perdió la noción del tiempo, llegó a una salida del bosque pero ya no había camino solo los restos de un puente de madera que parecía haber sido arrancado por algo muy grande, se disponía a mirar por el acantilado para tratar de ver algún río o fin, fue en ese momento que le dieron un golpe seco en la espalda haciéndole caer y despertar del sueño. 

En una ocasión se propuso permanecer despierto para poder tener un poco de tranquilidad y regresar a su rutina pero el cansancio siempre lo vencía y se dormía. 

¿Qué era eso que lo capturaba en sus sueños? Llegó a pensar que sería algún tipo de trastorno del sueño, a caso su mente le estaba jugando una broma de ser así era una de muy mal gusto o inconscientemente abrió alguna puerta que lo llevo directo al infierno, incluso esta puerta puede ser tan antigua como la existencia de la Tierra misma. O simplemente este ente lo escogió para divertirse y al mismo tiempo llevar a cabo algún tipo de ritual. 

Luis quería terminar con ese infierno, poco después de esas experiencias, cuando todo parece perdido siempre existe la posibilidad de que algo pueda mejorar la situación eso fue lo que aprendió un día que estaba caminando por la calle revolviendo sus pensamiento para dejar de imaginar las torturas de sus sueños. Ella estaba esperando que pasara el autobús, era una chica de estatura media, grandes ojos azules, complexión delgada, el prototipo de una mujer casi perfecta, pero esperen un momento en una de sus manos tenía una copia del Necronomicón, un libro que es mencionado por uno de los grande escritores de la literatura del terror H.P. Lovecraft, aunque en realidad el libro nunca existió de manera física solo en la mente del autor, y lo mencionaba simplemente para darle un toque de realidad a sus historias. 

Se fue acercando hacia ella lentamente, por un minuto dudo de hacerlo, ella transpirada un aroma a manzanas y llevaba el pelo recogido por un listón. Piensa en algo inteligente se decía Luis, pero su mente solo le mostraba el puente y las torturas. 

Repetir... 
- A que es un gran libro - al fin logro decir unas cuantas palabras. 
-Disculpa - le respondió la chica. 
- El libro que llevas debe ser muy bueno e interesante, puedo notarlo puesto que tu separador esta colocado a mas de la mitad de él. 

La chica asintió levemente sonriendo de una manera extraña, como si no estuviera escuchando a Luis. 
- Soy Luis - intento retomar la conversación- espero no estar interrumpiéndote. 
-En realidad estoy cansada no he podido dormir muy bien últimamente, disculpa mis malos modales, soy Claudia - con una mirada ausente le dijo su nombre. 

Fue en ese instante que Luis noto algo en sus ojos, una expresión que pedía a gritos la ayuda de alguien, logro observar las ojeras que rodeaban sus ojos debido a la falta de sueño. Estuvo a punto de decir algo, pero cerro su boca fuertemente que se mordió el labio inferior e hizo un esfuerzo para alcanzar la cabeza de Claudia y evitar de esta manera que se pegara con el asfalto. 

Repetir... 

Para Claudia esos pocos minutos de inconsciencia fueron una pesadilla, ella había logrado mantenerse despierta por mas de 24 horas hasta que perdió el conocimiento en los brazos de Luis, una gran pelea perdió en contra de la cosa que la acosaba en sus sueños. Fue terrible ese es el resultado de desafiar a estos demonios. 

El ente que la torturaba era una especia de demonio sin rostro con una corona de cuernos, resonaba un sonido tan fuerte desde la cabeza del demonio que hicieron que los oídos de Claudia sangraran. No se encontraba en ningún puente, tampoco caía desde el cielo, yacía desnuda atada de pies y manos formando una X. 

Con sus grandes uñas la empezó a torturar haciéndole pequeños orificios en el vientre dejando escapar poco a poco la sangre. Claudia gritaba con fuerza, pero en ese momento le agarro la lengua de un tirón se la arranco de la boca perdiendo así el conocimiento dentro del propio sueño, pero no la iban a dejar quedar inconsciente la despertaron arrancándole la mandíbula lo que la hizo despertar y desorbitar los ojos de la impresión. Después todo fue oscuridad, después luz porque gracias a Luis logro regresar a la realidad abrazándolo y dándole un gran beso en los labios.

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